En la ciudad de Mexicali, B.C. se esta celebrando "La Serie del Caribe", (del 2 al 7 de Febrero) con la participación de los campeones de Venezuela, República Dominicana, Puerto Rico y por supuesto México con los "Venados de Mazatlan". Un evento que ha tenido muy buena planeación y que busca dejar a la ciudad, el estado de Baja California y al país en muy buena referencia ante los otros países y a todo aquel aficionado al baseball latinoamericano que sintonice la cadena ESPN.

En la inaguración que fue el día lunes 2 de Febrero todo iba excelente, el estadio en muy buenas condiciones (como de ligas mayores), las instalaciones aledañas, la verbena popular, la gente, la seguridad, los himnos nacionales de los países invitados (con Karaoke y todo con la letra en la pantalla gigante del estadio) hasta que...
...llego la hora del himno nacional Mexicano interpretado por un personaje Sinaloense cantante y compositor,  (sin duda borracho como lo demostro y sepa uste' mi estimado lector de blogs castrozos como este, cuanta cosa mas se meterá el ex-vocalista de la Banda de la Banda del Recodo) que se hace llamar Julio desPreciado, véalo usted mismo.

Muy vergonzoso, y una lastima para tan buena organización del evento, que pena por las personas que lo invitaron, quizá sea esto lo que por fin borre de las memorias de muchos mexicanos aquella interpretación del Coque Muñiz en aquella recordada función de box de los años 80's.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

siempre es lo mismo, en cuanto alguien se cae, lo mejor es seguirle pasando por arriba.
ni hablar.
saludos!
alecs.

Anónimo dijo...

Cierto...
...es injusto burlarse de alguien que posiblemente no haya terminado la primaria y la ultima vez que canto el himno fue en 5to año... y porque ademas la letra del himno aparecía en la pantalla gigante y tampoco la supo leer

Anónimo dijo...

Hay quienes le echan la culpa al sistema educativo de que los mexicanos no se sepan el himno. Pero que el Burro Despreciado lo haya interpretado como lo hizo definitivamente hay que echarle la culpa a la que lo parió